lunes, 26 de mayo de 2014

Porqué no decirte que Te Quiero

Hace días, terminé de leerme una historia romántica titulada un Lecho de Rosas, y aunque todo termina según lo previsto, a mí, me ha dejado una especie de sabor agridulce.

Todo empieza, en el fragor de una batalla. Tristan un caballero que lucha por defender a su rey, halla muerta a su mujer junto a la cuna de su hijo. Lleno de dolor, jura vengar su muerte, matando a quien ordenó la devastación de su pueblo y la consecuente muerte de su familia. Geneieve, hija del rey, pierde a su padre y a su prometido, que a su vez jura vengar la muerte de su padre. Ambos trazan un plan para matar al otro, Tristan lentamente dejándola presa en su propio castillo, y ella, convertida en su concubina para poder matarle sin que se de cuenta. 

Durante la convivencia, Tristan se aprovecha de los encantos de Geneieve, ya que arde en deseos de poseerla, y ella, lo que al principio parece ser una entrega involuntaria, acaba siendo un deseo irrefrenable por sentirlo una y otra vez dentro de su ser. Ambos se desean, ambos llegan a enamorarse el uno del otro, pero las condiciones en las que se hallan, y su sed de venganza, les impiden vivir su romance en su plenitud.

A lo largo de la historia, se palpa el deseo irrefrenable que sienten el uno por el otro, les hacen tomar decisiones, fuera del orden establecido, dañándose el uno al otro, aún amándose.

Durante la lectura, no paraba de preguntarme, pero ¿porqué no se dicen lo que sienten? Porqué no se dicen que se quieren ¿tanto cuesta? Y con esa pregunta… me quedé al cerrar el libro, tras leer el final.

¿Porqué nos cuesta tanto decir te quiero? Porqué nos cuesta mostrar nuestros sentimientos a las personas que amamos, porqué es más sencillo para las personas, decir cosas que duelen, cosas que no sentimos, por el simple hecho de herir por herir sabiendo que nuestras palabras se clavan como cuchillos ardiendo en la mente de las personas.

Los que me conocéis, sabéis que siento debilidad por las tierras mejicanas. 
Sabéis que aquella tierra me atrapó al poner un pié en ella, y se metió en mi corazón sin poder sacármela. Si algo aprendí de la gente mejicana fue a decir te amo. 

Es extraño, que siendo tan parecidos, tengamos costumbres tan distintas. En mi querido Méjico, me enseñaron la diferencia que hay en decir un te quiero, y un te amo, y creédme que son cosas bien distintas. Pero lo que más me entusiasma de aquella tierra, es que se dicen constantemente que se aman. Una madre a sus hijos, antes de que estos se vayan a la escuela, les da la bendición, y les dice, “les amo mis amores”, una abuela cuando ve a su nieta, le dice “te amo mi niña”, unos niños cuando ven a sus padres les dicen te amo pa!, unos novios, que se miran con cariño, no pueden evitar decirse “te amo, mi amor”, me quedé perpleja, no les cuesta nada decirse que se aman, lo dicen porque lo sienten sin más. 
Esta costumbre, no sólo es propia de mi querido Méjico, sino que se extiende por toda latinoamerica, y me atrevo a decir que parte de América y su amado “I love you” el cual utilizan para todo, les viene de la cercanía a aquellas tierras. 

¿Hay algo más grande en este mundo, que amar a alguien y ser correspondido? Sí, que te lo digan, si, saber que te aman.
En cierto modo, me considero afortunada, porque desde niña, he tenido a mi abuela paterna, con la que me moría de ganas por estar con ella, que no se ha cansado ni un solo día de su vida en el que hemos estado juntas, en decirme “te quiero cariño”. Cuando era niña, me burlaba de ella, y solía decirle, ¡yaya, siempre estás igual, con el te quiero cariño!, y mi abuela, me miraba, y me contestaba: es que te quiero mucho cariño y no lo olvides nunca que tu abuela te quiere cariño.
Por otro lado, tenía a mi abuela materna, andaluza y granadina de pura cepa, con la que también me volvía loca por irme a su casa los fines de semana, que cada vez que me veía me abrazaba y me miraba y, me decía “ Tu eres mi pasión, mi tormento, mi locura y todo!!” y yo… siendo una niña, lo repetía una y mil veces, riéndome, y mi abuela, me miraba y con una sonrisa, volvía a decirme claro que sí “Tú eres todo, todo, todo para mi”

Mis abuelas, grandes mujeres las dos, me enseñaron a decir “te quiero” desde pequeña, pero al cabo de los años escuché siendo adolescente, que si le dices te quiero a una persona constantemente, estas palabras pierden su significado, y dejé de decir a todos que les quería. 
Hoy que miro hacia atrás, para ver lo que he aprendido a lo largo del tiempo, recuerdo aquellas palabras y me río al saber que aquellas frases de la adolescencia, no eran más que excusas de cobardes, de personas que tienen miedo a decir un te quiero, por miedo a no ser correspondidos, por miedo a que la persona a quien dirigimos esas palabras se burle de nosotros, por miedo al ridículo, pero yo me pregunto, ¿no es acaso más ridículo decirle a la persona que quieres algo que le va a doler, porque ni siquiera tu mismo crees en lo que estás diciendo?

Seamos claros, el amor, existe el amor ha movido montañas, el amor salva vidas, el amor es mágico, el amor nos hace vivir cosas imposibles, por amor cometemos locuras de adolescentes, el amor, nos produce bienestar, el amor es salud.

No sé tú, pero yo...
Prefiero una mirada centelleante en el silencio, a que ni siquiera me mires.
Prefiero que me guiñes un ojo en la distancia, a que me mires sin más.
Prefiero que me des un beso, a que te quedes con ganas de hacerlo.
Prefiero una ilusión contigo, a un no sé que hacer contigo.
Prefiero una sonrisa tuya, a un gesto sin sentido.
Prefiero que me abraces, a que te quedes quieto.
Prefiero cualquier detalle que tu hagas, 
cualquier cosa que a ti te valga, 
para que me digas, 
que me quieres,
pero dímelo.

Por mi parte, si aún no te que dicho que te quiero, no es porque no lo sienta, sino porque nadie me ha enseñado nunca a decir un te quiero, pero si me enseñas a decir te quiero, prometo decírtelo cada día de una manera u otra.


Una  vez escuché en una película, lo mejor que te puede pasar en la vida, es amar y ser correspondido, pero yo prefiero decir, lo mejor que te puede pasar en la vida, es que el ser al que amas, sea un hijo, un novio, un marido, un amigo, unos padres… te digan que te ama, y contestes con un simple - Y yo a ti.



Porqué no decirte que te quiero de Maroussia Karax.  

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